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sábado, abril 08, 2006

BORRÓN Y CUENTA NUEVA


¡Ya me estoy hartando!!!


Toda mi vida me he estado moviendo de un lugar a otro y como había dicho, eso ya me está empezando ha hartar.

Al principio yo no tenía conciencia de lo que significaba, pero cuando ya empecé a tomar consciencia de ello y el peso de lo que significaba, me empecé a preparar.

Claro, como al principio yo no tenía que lidiar con la mudanza de las cosas, para mi era divertido hasta entretenido, ya que un cambio de casa implicaba que al llegar a la casa nueva había que pintarla, arreglar el cableado, las tuberías, etc., y eso me entretiene hasta hoy, no lo niego, pero a medida que iba creciendo me di cuenta de lo estresante que llega a ser, el desarmar y embalar una casa. Cuando yo ya tuve que empezar a desarmar y embalar mis cosas a los 7 años, me di cuenta de la gran cantidad de cachureos que tenía y lo que demoraba en ordenar todo para embalarlo, así que decidí que dejaría de juntar basura.

Después a los 17 con 7 cambios de casa y de ciudad, ya sin cachureos que embalar, y con la experiencia de la mudanza anterior, que después al desembalar no tenía idea de donde y en que caja estaban las cosas, decidí que para la siguiente mudanza ( porque si, habrían otras...) iba a marcar las cajas para poder encontrarlas y saber que había dentro de ellas, así que eso hice, no demoré mucho en embalar mis cosas y catalogar las respectivas cajas, pero gran parte del resto de la casa seguía sin embalarse, por lo que se optó por meterse en bolsas de basura, teniendo como consecuencia de que varias cosas se “perdieran”. Ya 2 años después viviendo sola y con un departamento por completo por desarmar, es que no dudo que me haya dado una crisis nerviosa con todo lo del cambio. Empecé 3 meses antes a desarmar el depto. y ni aún así alcancé a embalar todo, y terminé por juntar todo...TODO, en cajas enormes (mala idea, porque después hay que mover las cajas), siendo todo un desastre al llegar al otro departamento, ya que las cajas en el viaje de Antofagasta a Valparaíso se desarmaron, pero ya instalada en el depto. nuevo decidí no desembalar mis cajas y ordenarlas de tal modo que solo una tuviera que desembalar (libros de uso diario y mi música), otra dejarla abierta (libros que necesito, pero no siempre) y las otras cerradas (libros de lectura, álbums de fotos, mis vinilos, cachureos-recuerdos no botables, etc.), total me volvería a cambiar y ¿para qué volver a desembalar, si tendría que re embalar nuevamente todas las cosas en un tiempo más?...

Con el tiempo empecé a reducir mis cosas, ya que con menos cosas es más fácil moverse, por lo que con la ropa opté por tener una sola maleta, donde guardo la ropa de la otra temporada, si al momento de hacer cambio de temporada y la maleta no cierra, significa que tengo que regalar ropa. Y con los libros que no uso es lo mismo, los regalo.

Ya más grande, me gustó el hecho de tener que viajar, el estar moviéndome me hace sentir libre, sin ataduras y ahora que he reducido mis cosas a la expresión mínima, mis libros y música, mis instrumentos musicales, mi maleta de ropa y mi computador, se me hace mucho más fácil. Pero a medida que han pasado los años me he dado cuenta que cada vez la “maleta” se me ha hecho más pesada, con cosas que no puedo desechar como libros, música y recuerdos, lo que cada vez más me hace querer establecerme de una vez por todas.

Esto de empezar de cero, al principio fue entretenido, después estresante, luego liberador y últimamente cansador. Espero que lo que me lleve a establecerme no sea la “maleta”, sino que el amor.

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